Y miró el soberano Dios de los ejércitos hacia la tierra, enojándose con muchos que embocaban su santo nombre y eran falsos en sus corazones, permitió que el ángel de la muerte pasara por ella y le recordara que tan frágiles eran! Hoy en día, muchos se hacen llamar seguidores de Dios, sin importar la denominación religiosa; pero su corazón está negro como fango putrefacto. Conspira, mienten y atacan a su prójimo; se hacen llamar cristiano, olvidando que todos seremos pesados en balanza y tendremos que dar cuenta por todas y cada una de nuestras acciones. Dios ama al pecador pero aborrece el pecado y maldice con cólera a los reincidentes en hacer el mal. Por lo que permitirá que antes de que partan de la tierra paguen por parte de sus acciones y vean el castigo del Todopoderoso caer sobre su cuerpo y quebrantar su salud.